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BIOGRAFÍA

SU PRIMERA EXPOSICIÓN

“Siempre he tenido mucho respeto al mostrar mi pintura al público, el mismo que sigo teniendo ahora, y recuerdo de mi primera exposición que mis amigos Luis Fernando Gómez de Cisneros y el padre Bernardo Robledo, de Puente Genil, me ayudaron a celebrarla en la Galería Zalima, en Córdoba, fue en el 1975, haciéndome la presentación del catálogo Don Dionisio Ortiz Juárez, director de la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba. 

La exposición se dio bien y decidí con mi mujer trasladarnos a Sevilla, donde nuestro amigo de Puente Genil José López Palomo nos ayudó en nuestra primera vivienda. Ya por fin podía hacer realidad mi sueño de ingresar en la Escuela Superior de Santa Isabel de Hungría, y aquí nos hemos quedado.”

Manuel nos recuerda que cuando llegó a la Escuela Superior de Bellas Artes, los colores que todos pintaban eran grisáceos, él llevaba la paleta colorista, luminosa, y los compañeros de su clase le decían: “Como no cambies los colores de tu paleta, no te van a aprobar nunca” y él contestaba, que no sabía hacerlo de otra forma.

Durante sus años de carrera realizó varias exposiciones en Córdoba, Cádiz, Almería, etc. 

Ya en 1979 acaba sus estudios obteniendo el Título de Profesor de Dibujo y rápidamente le ofrecen una plaza para dar clase en un Colegio Privado del Puerto de Santa María. Debía ejercer su labor docente durante toda la mañana y parte de la tarde, ante esto Manuel se preguntaba: "¿y yo cuándo pinto?". Y decidió renunciar a la plaza.

Por aquel entonces, le propusieron realizar una exposición en Sevilla, y su éxito fue tal que junto con su mujer, decidieron colgar su Título y seguir pintando y exponiendo sus cuadros.

En 198O, participa en la LXXXV Exposición de Primavera, organizada por el Excelentísimo Ateneo de Sevilla, donde le conceden la Beca “Bartolomé Esteban Murillo”, para viajar a Inglaterra y permanece una temporada pintando los paisajes de Londres y Canterbury. Al final presentaría una exposición con dichos cuadros en la Escuela de Bellas Artes. En este viaje deja concretada una exposición en el Instituto de España en Londres que celebraría tres años más tarde, allí conoció al escritor Gonzalo Torrente Ballester.

Al regresar de Londres, Manuel prepara una maleta con ruedas como los viajantes, con algunos cuadros (ya en esta etapa había descubierto el “CAMPO ANDALUZ”, el gran tema que aún lo tiene atrapado), se recorre toda la costa mediterránea y Madrid, y en todas las galerías que visita le dan fecha para exponer (Valencia, Castellón, Barcelona, Madrid). En Barcelona, Doña Carmen Ensesa, directora de la Sala Llorens, gran entusiasta de su pintura, ya empieza a venderle obras.

Y Manuel sale a la palestra como pintor que conecta rápidamente con el público, dando un eterno Homenaje al hombre del campo.